El comienzo del fin para los fumadores irrespetuosos en la Argentina

Hace escasos meses entró en vigencia en la Capital Federal, la segunda etapa de la ley 1799, denominada como “ley antitabaco”, que prohíbe fumar en espacios privados de acceso público, haciéndose eco de un criterio claramente preventivo, que se viene adoptando en varios países del mundo. A propósito, el pensador Fernando Iglesias escribió un acertado artículo en su blog, cuyo único error se halla en el título: “El fin de la patria fumadora”. En efecto, la terminación de lo que él llama “patria fumadora” sólo se consumará, en cierta medida, cuando se sancione la Ley Nacional Antitabaco (porque la Argentina no se reduce al ámbito de la ciudad de Buenos Aires, aunque muchos parecen no enterados todavía). En la provincia donde estudio, Santa Fe, la ley ya rige desde hace tiempo; y en la provincia donde vivo, Entre Ríos, el proyecto se encuentra en pleno debate.

Desde niño he sentido una inmutable repugnancia hacia el irritante olor despedido por el cigarrillo. No sólo me ocasiona mareos, dolor de cabeza y mal humor, sino que me genera un profundo malestar el ser conciente que la adicción de otros provoca un genuino y severo daño a mi salud. Considero que a esta altura del siglo XXI, con los innumerables estudios científicos realizados y las estadísticas irrefutables, el fumar delante de una persona que no padece ese vicio, es un acto violento y autoritario, en el que se invade nocivamente el ámbito de la libertad ajena. Y para aquellos que postulan que igual tesis se puede utilizar para justificar a los fumadores, ¿acaso se considera una violación de la libertad individual, impedir el suicidio? Con idéntica y falaz construcción argumental podría lanzarse tranquilamente una campaña reclamando el “legítimo derecho” a defecar en recintos públicos.

Para muchos, el cigarrillo a lo Humphrey Bogart es un signo inequívoco de virilidad. Yo prefiero buscar la masculinidad en aspectos más positivos, pero tal vez a causa de esta falsa creencia es que encuentro aún más detestable (como mero hecho estético) el observar fumar a una mujer. En ambos casos, de todos modos, se trata de un aciago estado de dependencia que nunca debió iniciarse. La supuesta sensualidad que emana del tabaco, incluso juzgándola verdadera, es un fundamento irracional y por demás desatinado, ante el triste espectáculo del cáncer de pulmón, entre otras calamidades, destruyendo y cobrándose vidas a un ritmo espantoso.

Y como si esta aglomeración de males fuera escasa, hay que adicionarle asimismo el asqueroso tufillo tóxico que desprende esta porquería mortal, y que invade no sólo las fosas nasales, sino que se impregna, cual sanguijuela, en la ropa, en el pelo y se expande asaltando todo el ambiente.

Reproduciendo las palabras de Fernando Iglesias: Nadie va a impedir a nadie entrar a ningún lado. No se discriminará a las personas, sino a sus cigarrillos encendidos. Que los fumadores sean incapaces de establecer distinción alguna entre ambos lo dice todo sobre su calamitoso estado de enfermedad y dependencia. Entrar a un lugar sin prender sus apestosos petardos les parece tan innatural como hacerlo desprovistos de cabeza.

Los datos acerca de que los actualmente niños en el país, en su mayoría, rechazan de forma abierta al cigarrillo y son conocedores de las consecuencias que provoca, son por demás alentadores. Ojalá, en menos de una década tengamos la necesaria Ley Nacional Antitabaco (que algunos legisladores se empeñan en postergar) cumpliéndose en todo el territorio, y los índices poblacionales de fumadores desciendan drásticamente. Y por cierto, no hay que dejar de ver la magnífica película The Insider, de Michael Mann.

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7 respuestas a El comienzo del fin para los fumadores irrespetuosos en la Argentina

  1. Facu dijo:

    Dr. Vd me ha hecho acordar que esa ley comenzará a regir muy pronto por acá. Al ser no fumador no me afecta en lo más mínimo porque a a mi no me molesta tanto tanto como si a Vd. Igual me parece positivo.

  2. Edu dijo:

    ‘Dr. Vd me ha hecho acordar que esa ley comenzará a regir muy pronto por acá.’

    Si lo decís por ER, como bien dice Pipi, recién se está debatiendo el proyecto. En qué planeta vivis, chabón? Escuchaste mal las noticias che xDD

    Lo que de verdad es un síntoma alentador es que los más pibes cada vez se alejan más del tabaco. Y si estas medidas son como se dice preventivas no las veo para nada mal, pese a que los fumadores alzarán sus voces, como pasa en todos lados.

    Igual Pipi vos sos un fundamentalista antitabaco, eso ya lo sabemos.

  3. val dijo:

    Los niños deberían aprender a fumar en la escuela, desde pequeñitos. Empezar con un cigarrillo diario en primer curso e ir subiendo dos por año. Hay que proteger esta nuestra cultura occidental, ¡viva el tabaco!

  4. Ignacio dijo:

    Qué buena onda el pibe que escribió antes! Se necesita, se necesita, se necesita + gente así :D

    «es que encuentro aún más detestable (como mero hecho estético) el observar fumar a una mujer.»

    Machista o misógino. Suerte que por acá no te leen muchas minas, por eso te animas a escribir una frase así, que sino ni en pedo :P

  5. avellanal dijo:

    La supuesta ley no tiene fecha para comenzar a tener eficacia en Entre Ríos, porque todavía no es ley: «y en la provincia donde vivo, Entre Ríos, el proyecto se encuentra en pleno debate».

    Luego, muy amable las acusaciones de fundamentalista y misógino: como no revisten mayor comentario, simplemente me abstengo de realizarlo.

  6. Germán dijo:

    Jajaja, perdón no puedo aportar otro comentario, pues te tendrás que abstener otra vez de hacerlo. XDD

  7. agnes dijo:

    espero que ahi vaya bien la ley antitabaco… aqui en España funciona a medias… si es cierto que en los edificios públicos no se puede fumar, y en la mayoria de las empresas tampoco, pero en cuando a locales, me refiero a bares y cafeterias, hay una mayoría de ellos que son para fumadores… con lo cual, los que no fumamos, volvemos a casa con el irremediable tufillo del tabaco…

    y no sé si estéticamente una mujer no resulte atractiva por fumar… a mi no me gusta, estéticamente, ni en hombres ni en mujeres… pero claro, allá cada cual con sus vicios ;)

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